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EFICIENCIA ENERGETICA EN LA INDUSTRIA Y COMERCIO
 
 
I.- GENERALIDADES
 
La óptima utilización de los recursos y el ahorro de energía son de vital importancia para el desarrollo de las empresas y para el futuro del planeta.
 
El compromiso con la mejor gestión de la energía debe ser no sólo un compromiso de las empresas, sino también de los gobiernos, las empresas generadoras de energía, y los centros de investigación y estudios, estos últimos cómo divulgadores y concientizadores.
 
Existen actividades improductivas las que generan un alto e inútil consumo no sólo de mano de obra, materiales, dinero, y tiempo, sino también el consumo de energía asociados a estas actividades y procesos. Bueno es tener en cuenta que a cada uno de los clásicos desperdicios de sobreproducción, exceso de inventarios, procesos correctivos, falencias de procesamientos, excesos de movimientos y transportes, tiempos de espera y maquinarias en mal funcionamiento, son consumidores de recursos energéticos, razón por la que eliminar detectar y eliminar los desperdicios provoca cómo resultado una consecuente disminución en el consumo o utilización de energía. A ello debe agregarse tanto una mala gestión de los recursos energéticos, cómo del control de las pérdidas de energía. Por ello mejorar la calidad, producir productos a “la primera”, y aumentar los niveles de productividad, son las mejores formas de ahorrar energía y reducir los costos a ellos asociados.
 
Muchos pequeños y medianos empresarios no alcanzan a ver que mejorar la calidad no sólo incrementa el valor de sus productos generando con ello mayores niveles de satisfacción y como consecuencia una mayor demanda, sino que además contribuye a reducir los costos asociados a los productos desechables o pasibles de ajustes y correcciones. En esos excesos de costos tenemos tanto conceptos salariales, como de materias primas, insumos, intereses, costos de oportunidades, y cómo no puede faltar por supuesto, el costo de la energía.
 
Hacer las cosas bien desde un principio, significa e implica para toda empresa, producir los bienes y servicios con el menor número de fallas o defectos al menor coste posible, generando de tal forma un clara ventaja competitiva sobre sus competidores.
 
II.- ADMINISTRACIÓN DE LA ENERGÍA         
 
Un proceso sistemático de administración de la energía promueve eficazmente la conservación de ésta. De acuerdo a los niveles de costos de la energía en el producto final, la tecnología, las políticas y el tipo de organización, son posibles tres etapas de acción:
·         Etapa de puesta en orden.
·         Etapa de recolección de información.
·         Y, etapa de inversión.
 
En la etapa de puesta en orden se procede a restringir el uso de la energía. En ésta etapa se procede a la colocación de carteles y avisos destinados a la información y concientización del personal, distribución de folletos. En esta misma etapa se procede a instaurar tanto los sistemas de incentivos, cómo la capacitación destinada tanto a la calidad y productividad, como a la correspondiente al mejor control y uso de la energía.
 
En una segunda etapa se instalan elementos para medir el consumo de electricidad, gases, y vapores. Combinado a ello debe implementarse el uso de software de estadísticas y control estadístico de procesos. Mediante la medición continua del consumo de energía, y sus relaciones con las cantidades de productos y servicios producidos puede determinarse la productividad en el uso de la energía, o sea la eficiencia en su utilización.
 
En la última etapa se procede a la inversión en máquinas y equipos, destinado todo ello a una mejor utilización de la energía, como así también a hacer uso de los que en cada época resultan más económicos.
 
 
 
El éxito de cualquier programa de conservación depende en gran medida del compromiso de aplicarlo por parte de todos los miembros de la organización y de las costumbres y estilos de vida de sus gerentes y trabajadores. Por consiguiente, el elemento humano es la clave de cualquier programa eficaz de conservación. Como los trabajadores se guían por la dirección, ésta debe iniciar los esfuerzos para conservar la energía.
 
En el nivel técnico, debe esperarse que participen en la eficiencia energética los especialistas en ingeniería civil, mecánica, de combustibles, del calor, de la ventilación y eléctrica. Estos especialistas deben estudiar qué se puede cambiar y qué equipo se ha de comprar. Los directores y los supervisores deben contar con los conocimientos técnicos de los ingenieros para reunir gran parte de la información básica que se necesita para mejorar la planificación.
 
Con el fin de obtener los beneficios de la eficiencia energética, ha de realizarse una serie de tareas prácticas de gestión cerca del punto de control, por lo general en la máquina o en el lugar de trabajo. Unos instrumentos analíticos apropiados facilitan la comprensión del proceso y ayudan a encontrar la forma de mejorar el rendimiento; además, suelen hacer posible mejorar la operación antes de introducir cambios más permanentes. La política de la organización con respecto a la eficiencia energética debe basarse en lo siguiente:
§         una estructura organizativa adecuada;
§         la capacitación del personal;
§         el acopio y el análisis de datos operativos sobre la energía;
§         el establecimiento de metas de eficiencia energética por el director responsable.
 
Los directores deben intercambiar información regularmente con el personal acerca de los problemas de eficiencia energética, indicar sus políticas y procedimientos, anunciar el lanzamiento del programa, verificar y supervisar la situación del programa e investigar por qué no se están alcanzando ciertas metas. Los directores deben apoyar igualmente el programa realizando personalmente esfuerzos para conservar la energía.
 
En un programa de eficiencia energética se debe analizar y evaluar sistemáticamente la situación real y promover medidas de eficiencia energética, elaborar planes prácticos, organizar su puesta en aplicación y evaluar los resultados. En las empresas se debe apoyar y motivar a los pequeños grupos mediante la constitución de comités de promoción de eficiencia energética y evaluar sus resultados. Entre las funciones que desarrollan los comités de la energía se tiene la planificación y la participación en estudios sobre el ahorro de energía; el establecimiento de métodos uniformes de registro, presentación de informes y contabilidad de la energía; la realización de investigaciones y la promoción de ideas sobre cómo mejorar el uso de la energía; la sugerencia de metas de conservación estricta de la energía y la transmisión de ideas sobre cómo alcanzarlas; la promoción de ideas y planes para recabar el apoyo y la participación del personal, y la planificación y realización de un programa permanente de actividades para estimular el interés por los esfuerzos de eficiencia energética.
 
La eficiencia energética exige la cooperación de todos los trabajadores. Para que el programa se exitoso debe crearse un clima propicio a la formulación de sugerencias en todos los niveles, al surgimiento de ideas y a la promoción de la toma de conciencia; todos los trabajadores deben comprender por qué el programa no puede funcionar sin ellos. Para que los trabajadores participen en los programas de eficiencia energética, es importante explicar de qué modo el aumento de los precios de la energía influirá en la supervivencia de la empresa y en su propio empleo. Al explicar a los trabajadores por qué deben conservar la energía, se ha de velar por que las metas sean realistas y alcanzables.
 
Compartir los beneficios generados por el ahorro de energía en base a la energía consumida por niveles de producción es una buena forma de motivación. Otro aspecto fundamental es la capacitación, no sólo para lograr con ella una mayor toma de conciencia, sino también para enseñar las diversas técnicas destinadas a reducir el consumo.
 
IV.- PROCESOS EN LA GESTIÓN DE LA ENERGÍA
 
La eficiencia energética implica la puesta en práctica de una serie de procesos, los cuales incluyen:
·       Medición del uso de la energía.
·       Análisis del costo de la energía por unidad de producto.
·       Establecimiento de metas.
·       Adopción de medidas para reducir los costos de energía.
·       Medición de los resultados del programa.
 
Los datos relativos al consumo de energía se derivan de las facturas de electricidad y combustible. La cuantía de energía utilizada como tasas de consumo, es decir, la cuantía de energía utilizada por lote de productos, se expresa por medio de la relación de la energía utilizada con el producto.
 
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